domingo, 8 de julio de 2012


LOS DERECHOS HUMANOS Y FUNCIÓN POLICIAL.

Históricamente, en el ejercicio de su función las funcionarias y los funcionarios policiales han venido evidenciando todo tipo de conductas inadecuadas, las cuales devienen de un antiguo modelo de formación centrado en un enfoque militarista, que actuó en detrimento de la propia seguridad de las ciudadanas y los ciudadanos. Este enfoque se caracterizaba por el uso indebido o excesivo de la fuerza; por la aplicación de técnicas y procedimientos, sin diferenciar los casos en los que produzcan daños y perjuicios a las ciudadanas y los ciudadanos; y por la existencia de un alto grado de corrupción policial. Todo esto denota una carencia de principios y de valores éticos y morales en la actuación policial, que se evidencia en el fuerte desapego al respeto de los Derechos Humanos.
Como consecuencia de ello, el gobierno del presidente Hugo Chávez Frías, en concordancia con el modelo de una sociedad democrática, participativa, protagónica y corresponsable, expresado en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y con una clara intención de corregir tales desviaciones, ha iniciado –a través de la UNES– un proceso de formación mediante la instauración de un nuevo modelo policial, en el que las y los oficiales posean habilidades y destrezas para aproximarse a sus semejantes, haciendo uso visible de su carácter humanitariamente preventivo.
Aunque los problemas policiales antes mencionados, vinculados con la ética, los valores y el ejercicio de la ciudadanía, son atribuibles a la educación, en tanto que han provisto de estructura a nuestra sociedad y la han marcado con un cuerpo axiológico que ya no soporta los embates nocivos de antivalores expresados en términos de criminalidad, esta condición de descomposición social generada justifica el desarrollo de un plan de educación en materia de seguridad, donde sus propósitos y objetivos se orientaria al acercamiento y ejercicio político legítimo de valores fundamentales, como la vida, la justicia y la solidaridad que son, en sí mismos, la misión humanista de la revolución bolivariana.
La tarea de la educación o de los procesos formativos de la UNES, vistos en los múltiples ámbitos de la cotidianidad familiar y comunitaria, podrán crear prerrogativas frente a la necesidad de transformación que se quiere generar en los procesos de formación en los ambientes de aprendizaje, lo cual contribuye a la profesionalización de las funcionarias y los funcionarios policiales, a la vez que permite la cancelación de una deuda social y política acumulada desde la fundación de la República.
Es así como Derechos Humanos y función policial cobra relevancia en el ámbito policial venezolano, en tanto que se dirige a revertir la actuación policial caracterizada históricamente por su proceder represivo y discriminatorio contra los sectores en situación de pobreza y/o exclusión, a fin de construir un nuevo modelo policial, favorable al pueblo, especialmente a los sectores estructuralmente discriminados, lo que requiere, entre otros aspectos, de una formación humanista, crítica, que incentive el compromiso de las funcionarias y los funcionarios con el respeto y garantía de los derechos humanos, y que trascienda el aula de clase, para reflejarse en las prácticas cotidianas del centro de formación y del ejercicio de la función policial.